El joven estudiante de la Universidad de Texas lidera un grupo llamado Defensa Distribuida que promueve que todo el mundo tenga derecho a defenderse con su propia pistola fabricada en casa. Para conseguirlo, Cody Wilson ha utilizado una impresora Stratasys Dimension SST 3D de segunda mano que obtuvo por 6.000 euros.
Fabricada con 15 piezas de plástico ABS y un percutor de metal, la pistola ha sido bautizada como Liberator, un homenaje a un arma de la II Guerra Mundial que Estados Unidos distribuyó en las ciudades ocupadas en Europa por los nazis. Wilson, según recoge la revista Forbes, lleva ocho meses trabajando en su proyecto y al principio contó con la colaboración de Marketbot, el fabricante de referencia de impresión 3D doméstica en Estados Unidos hasta que descubrió sus intenciones reales.
El fabricante se negó a que Wilson colgará en su repositorio oficial el diseño de las 15 piezas necesarias para crear la pistola y el joven texano respondió creando Defcad, un sitio en la Red donde alberga los diseños para ser descargados en impresoras 3D y poder reproducirlos.
Cody Wilson, que lleva unos días exhibiendo su pistola en YouTube y demostrando que puede disparar balas mortíferas, asegura que su intención no es impulsar una revuelta armada sino conseguir que todo el mundo tenga derecho a la defensa personal a un precio relativamente asequible.
El problema es que si este dispositivo se populariza, la posesión de un arma de fuego podría dispararse en todo el mundo sin necesidad de adquirir una licencia, requisito indispensable para comprar una pistola en una tienda de armas.
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